Quemaduras con láser

Quemaduras

Información sobre las quemaduras y su tratamiento

La fotodepilación tiene muchos beneficios pero conlleva algunos riesgos como pueden ser las quemaduras con láser. Un profesional que lleve a cabo este tratamiento de estética debe regular la potencia del disparo, la duración y la superficie de la piel que cada disparo soporta, siempre en función del color de la piel y de la tipología que presente. Hay que tener en cuenta que el láser se emplea en muchos más tratamiento además de para una depilación como, por ejemplo, para combatir los signos del envejecimiento reduciendo las arrugas, para borrar tatuajes o cicatrices, etc. Es una luz intensa que puede provocar afecciones en la piel.

Imágen de quemaduras con láser

Si alguno de estos parámetros no se ha regulado bien respecto a las características de cada persona pueden surgir las quemaduras por depilación láser. Las quemaduras por láser también se pueden dar cuando sí que se han introducido bien todos los parámetros pero se ha actuado mucho en un mismo lugar, por lo que el efecto se multiplica y se daña la zona en cuestión.

Normalmente este tipo de quemaduras suelen tener características de primer grado aunque pueden llegar a ser de segundo grado, de hecho, se puede leer en la red el caso de alguna denuncia de quemadura por láser debido a un mal uso de esta técnica estética, que ha provocado quemaduras en piernas de mujeres. En el caso de que alguien se someta a un tratamiento de fotodepilación y se aprecien quemaduras en la piel o cualquier aspecto extraño de la misma, se recomienda tomar fotos de las quemaduras de la depilación láser para ir viendo cómo evoluciona la zona, y visitar el hospital en el caso de que se compruebe que, efectivamente, revisten cierta gravedad. Con el parte médico y las fotografías se podrá probar que se ha cometido cierta negligencia para poder reclamar el daño provocado.

A continuación veremos qué hacer cuando aparecen las quemaduras por depilación láser y qué tratamiento seguir en cada caso.

Cómo tratar las quemaduras con láser

El tratamiento de quemaduras de láser se puede hacer en casa si se trata de quemaduras de primer grado o leves aunque en caso de cualquier duda se deberá acudir a un servicio médico que evalúe la gravedad del asunto.

Si la piel está quemada por el láser y comprobamos que se trata de un caso leve, se podrá aplicar sobre la zona una compresa fría, incluso se puede poner un poco de hielo durante unos 10 minutos, retirando otro rato y volviendo a colocar después. Igualmente, se puede utilizar una crema para quemaduras de láser que lleve hidrocortisona o alguna que el especialista que haya hecho el tratamiento haya podido recomendar a su cliente. Este tipo de productos alivian la inflamación y el efecto de la irritación en la piel quemada.

La zona afectada deberá estar protegida de los rayos del sol durante el tiempo estipulado para cada tratamiento. Será un área del cuerpo especialmente sensible al daño solar, por eso se tendrá que utilizar un factor con alto nivel SPF y tapar con ropa siempre que sea posible. El aloe vera también servirá para aliviar los síntomas de las quemaduras con láser, dadas sus propiedades cicatrizantes y antiinflamatorias. Asimismo, es fundamental estar bien hidratado por lo que beber mucha agua será imprescindible para el organismo.

Quemaduras por láser en los ojos

Los punteros o determinados tratamientos oftalmológicos pueden provocar alguna quemadura ocular por láser siempre que no se haga un correcto uso de los juguetes en cuestión o exista alguna complicación en el tratamiento efectuado.

Según los expertos, un rayo láser que ilumina a los ojos de una forma directa puede provocar una lesión instantánea, lesiones que generalmente no duelen pero que van deteriorando paulatinamente la vista. Esto puede suceder cuando los niños manipulan ciertos juguetes que poseen algún tipo de láser en su mecanismo; para evitar daños graves se aconseja que estos no sobrepasen los niveles de clase 1 en juguetes regulados.

Para evitar quemaduras con láser de este tipo, se recomienda no apuntar nunca directamente con punteros ni con otra modalidad de láser ya que puede ser una luz muy peligrosa para el ojo. Asimismo, tampoco se deberá apuntar el láser a un área que refleje porque el efecto rebote de la luz puede ser igualmente dañino. Los láseres que tienen color verde son los más peligrosos puesto que las ondas son más cortas y dañan más y más rápidamente. Hay que tener en cuenta que la luz de un láser puede dañar a los ojos aun estando a kilómetros de distancia.

La zona central de la retina puede ser la más afectada, con quemaduras en mácula y haciendo que la visión se vuelva barrosa de manera temporal o permanente. También puede provocar que algunas zonas se queden sin visión y lesiones en la superficie de la córnea. Una retina afectada puede producir complicaciones posteriores ya que se encontrará dañada.

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