Se entiende por quemadura aquella lesión de los tejidos de la piel que ha sido provocada por diversas causas como puede ser una exposición al calor, electricidad, rayos del sol, sustancias químicas... Los grados de las quemaduras vienen determinados por la gravedad que éstas tengan y pueden ser de primer grado, segundo, tercer y hasta se podría hablar de un cuarto grado, las más graves.

Así pues, la clasificación de las quemaduras según su gravedad podría hacerse de la siguiente forma.
- Quemaduras de primer grado. Son aquellas que tienen una incidencia sobre las capas más superficiales de la epidermis. Tienen un efecto leve en quienes las sufren, aunque a la hora establecer la gravedad de las quemaduras en la piel hay que tener en cuenta la superficie que ha sido afectada, es decir, unas quemaduras de primer grado en el 90% del cuerpo podrían ser más graves que unas de segundo que han afectado a un 20% de la piel, por ejemplo. Suelen ser las que aparecen tras haber tomado mucho el sol, al contacto con una plancha caliente o con líquidos calientes, etc.
- Quemaduras de segundo grado. Son algo más profundas la piel se pone roja, duele al tacto y aparecen ampollas, que nunca se deberán romper ya que el líquido que hay en su interior actúa como protección contras los gérmenes y previenen las infecciones.
- Quemaduras de tercer grado. Son quemaduras más graves porque se ha destruido la piel de manera muy profunda. Dejan cicatriz y precisan de injertos. Al destruir las terminaciones nerviosas de la dermis no causan dolor.
- En ocasiones se habla de quemaduras de cuarto grado; son aquellas que han afectado a tendones, músculos o ligamentos y que pueden acarrear necrosis y la amputación del miembro dañado. Suelen ser por congelación y frío extremo.
Una vez visto qué son las quemaduras y cómo se clasifican, nos adentramos en la sintomatología de cada tipo en función de sus grados.
Los síntomas en los diferentes grados de las quemaduras
Los diferentes tipos de quemaduras que existen se manifiestan de distinta manera en función de su gravedad. Así pues, los signos de las quemaduras de primer grado como puede ser, por ejemplo, las que provocan el sol, se traducen en enrojecimiento de la piel, dolor al tocar la zona, que se inflama un poco. El tratamiento en este caso consiste en ponerse gasas frías y húmedas en la zona y cubrirla para que esté protegida, nunca poner cremas sobre la quemadura. Si es necesario se puede tomar por vía oral algún analgésico para aliviar el dolor.
Por su parte, las de segundo grado causan también enrojecimiento de la piel pero más acusado, dolor, aparecen las ampollas y la piel se puede perder. En este caso, se puede aplicar compresas frías humedecidas en agua y cubrir la zona, pero nunca romper las ampollas porque, como hemos comentado anteriormente, son una barrera de protección frente a las infecciones. Se debe acudir al médico para que trate adecuadamente la quemadura porque tiene un carácter más grave.
En el caso de las de tercer grado cuando el tejido se ha destruido, se debe acudir inmediatamente al médico porque son muy graves. Eso sí, no se siente dolor porque las terminaciones nerviosas se han eliminado con la quemadura.
Cómo actuar frente a las quemaduras leves
Las quemaduras superficiales permiten ser tratadas en casa pues son de carácter más leve y son las que más frecuentemente pueden producirse en el hogar, por ejemplo, con aceite caliente, agua o por haber estado demasiado expuestos al sol.
De este modo, el tratamiento de quemaduras superficiales inicial puede consistir en poner la zona afectada bajo el agua para que el calor del área quemada descienda cuanto antes y no haya inflamación ni ampollas. Una forma de hacerlo es la regla del 15: poniendo la quemadura en agua a 15 grados, a 15 centímetros de distancia del chorro y durante 15 minutos.
Después, se puede limpiar la zona pero no darle cremas ni mercromina, secar con una compresa esterilizada y no tocar, para lo cual se puede hacer un pequeño vendaje no muy apretado para protegerla de la incidencia de agentes dañinos.
Qué no hacer cuando hay una quemadura
Lo que no se deberá hacer en el caso de que alguien sufra quemaduras es poner cremas, mantequilla u otros remedios caseros sobre la zona afectada, tampoco se deberá soplar la quemadura ni toser o respirar sobre ella, por supuesto, nada de tocarla y si es muy grave no la pondremos en agua fría porque puede producirse un shock. Si la quemadura ha afectado a las vías respiratorias no se colocará una almohada bajo la cabeza de quien la haya sufrido porque podrían cerrarse.
¿Cuándo aparecen las ampollas?
Las ampollas o flictenas son aquellos bultos que aparecen en la piel tras una quemadura y en cuyo interior hay líquido. Dependiendo de los grados de las quemaduras, éstas pueden estar entre la epidermis y la dermis, que son las más habituales, o subcutáneas, debajo de la dermis.
Las ampollas de las quemaduras se suelen curar solas pero nunca se deben abrir para extraer el líquido que hay en su interior ya que éste quien protege a la quemadura de la aparición de infecciones.
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